San José de las Matas atraviesa una crisis profunda que va mucho más allá de la escasez de agua potable o las interrupciones eléctricas. El verdadero mal que nos aqueja se ha arraigado silenciosamente en el tejido de nuestra convivencia: la división. Una grieta que ha convertido a nuestro pueblo en terreno de disputa política, donde todo se mide por colores partidarios y no por capacidades ni por amor real a la comunidad.
La situación del agua y la luz es solo el síntoma más visible de un problema más amplio y grave, el debilitamiento del sentido de unidad y propósito colectivo. Se nos ha acostumbrado a aceptar explicaciones pobres y excusas partidistas. Mientras unos justifican la inacción del presente señalando el pasado, otros se acomodan en la crítica sin aportar soluciones. Y así, el tiempo sigue corriendo y San José de las Matas se va estancando.
Un pueblo atrapado en banderas
En Sajoma, si no militas en el partido de turno, eres descalificado. Si opinas distinto, te etiquetan. Si exiges, te ignoran. La vida comunitaria ha sido secuestrada por el grupismo y los intereses personales. Y lo más alarmante, quienes gobiernan muchas veces no conocen ni sienten este pueblo, y algunos de los que deberían liderar prefieren callar o acomodarse.
Estamos pagando un precio muy alto por haber entregado el poder a quienes no estaban preparados para ejercerlo con responsabilidad. La falta de liderazgo auténtico, con visión y compromiso, nos está pasando factura. El orgullo de ser «matero» o ´´matense´´ se diluye cuando reina la apatía, el egoísmo y la desunión.
El agua no se resuelve solo con un acueducto
El tema del agua es quizás el que más indigna a nuestra gente. Pagamos por un servicio que no recibimos, y en cambio, debemos comprar agua por otras vías para sobrevivir. Las inversiones millonarias que se han anunciado han sido insuficientes, mal gestionadas o simplemente cosméticas. La población siente que le están robando en sus propias narices. La visita reiterada de funcionarios con promesas que no se materializan solo añade frustración.
Sin embargo, la solución no es únicamente técnica ni depende exclusivamente del Estado. Existen propuestas viables —como un acueducto por gravedad manejado bajo un modelo cooperativo, con inversión mixta y gestión empresarial— que merecen ser exploradas con seriedad. Pero para ello hace falta voluntad política, liderazgo comunitario y, sobre todo, unidad.
Un llamado urgente a la acción colectiva
Es hora de dejar de lado las banderas políticas, los intereses individuales y las excusas heredadas. No podemos seguir esperando que otros nos resuelvan lo que nosotros como comunidad también debemos impulsar. La solución al problema del agua, de la energía, de nuestras calles, de la institucionalidad local, está en nuestra capacidad de organizarnos y exigir con firmeza, pero con respeto y visión de futuro.
Convocamos a los medios de comunicación, juntas de vecinos, iglesias, empresarios, maestros, jóvenes, líderes comunitarios, comerciantes y ciudadanos comunes. Es tiempo de hablar con una sola voz. De actuar. De despertar. Que el dolor que sentimos se convierta en fuerza transformadora. Que el amor por nuestro pueblo se demuestre con hechos.
San José de las Matas merece más. Merece respeto. Merece soluciones. Merece unión.