La candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, y su compañero de fórmula para la vicepresidencia, el progresista Tim Walz, dieron este martes el pistoletazo de salida a su campaña para las elecciones de noviembre con un mensaje de esperanza para ganar al republicano Donald Trump tras meses de pesimismo.
Horas después de nombrar a Walz, ambos aparecieron juntos frente a 14,000 simpatizantes en un estadio de Filadelfia (Pensilvania), en la primera parada de una gira que los llevará por los estados más competitivos del país, claves en el camino a la Casa Blanca.
«Tenemos mucho trabajo que hacer. Necesitamos nivelar el terreno. Somos los desfavorecidos pero tenemos impulso», exclamó la candidata demócrata, escudada por su flamante ‘número dos’.
Entusiasmo por Kamala Harris
Harris, primera mujer negra que aspira a la presidencia de Estados Unidos, ha construido una candidatura en un tiempo récord desde que hace dos semanas Joe Biden renunció a presentarse y sabe que no tiene tiempo que perder en los menos de 100 días que faltan para los comicios.
Las cifras récord de recaudación (20 millones de dólares en las últimas horas, según fuentes de campaña) y las recientes encuestas en las que ha logrado recortar distancias con Trump suponen un soplo de optimismo para un partido que hace 15 días daba la batalla por perdida.
Pero Harris quiso dejar claro que su candidatura no solo busca frenar el regreso de Trump a la Casa Blanca, sino que también tiene un proyecto para el país basado, entre otras cosas, en la defensa del aborto, la salud, el acceso a la vivienda y el control a la posesión de armas.
«Esta campaña, nuestra campaña, no es solo una lucha contra Donald Trump. Nuestra campaña, esta campaña, es una batalla por el futuro», afirmó.
La comparecencia le sirvió para presentarse por primera vez como la candidata oficial del partido, después de haber cosechado el apoyo del 99 % de los delegados en la votación telemática que arrancó el pasado jueves y en la que era la única aspirante.
En las gradas, miles de simpatizantes sostenían carteles oficiales con los apellidos Harris y Walz, que fueron impresos a marchas forzadas dado que la vicepresidenta apuró hasta esta misma mañana para elegir a su compañero de fórmula.
Se decantó por el gobernador de Minesota, de 60 años, quien se había convertido en el favorito de los progresistas, descartando al mandatario de Pensilvania, Joshn Shapiro, judío practicante cuyos comentarios sobre Gaza habían enfurecido al sector propalestino del partido.
En una demostración de unidad de los demócratas, Shapiro fue hoy el telonero de Harris y Walz en el mitin celebrado en su estado, y les expresó su pleno respaldo, aunque también dejó caer que está «orgulloso» de su fe.
El candidato que llama «raritos» a los republicanos
Walz, el elegido, no era muy conocido a nivel nacional hasta que hace unos días se hicieron virales unos comentarios en los que llamaba «raros» a los republicanos, lo que lo catapultó en la carrera vicepresidencial.
De joven se alistó en la Guardia Nacional, fue maestro y entrenador de fútbol americano en un instituto de la Minesota rural y ejerció más de una década como congresista, una experiencia legislativa que Harris ha valorado a la hora de seleccionarlo.
Con la elección de Walz, a quien los republicanos llaman un «izquierdista radical», Harris busca atraer a votantes blancos del cinturón industrial del país, especialmente de Wisconsin, Míchigan y Pensilvania.
En su primera aparición junto a Harris, Walz cargó contra los republicanos con lo que ya es su seña de identidad: «Es una observación mía. Lo tengo que decir. Estos tipos son espeluznantes, y sí muy raritos», declaró desatando una ovación del público.
Se refería especialmente al candidato republicano a la vicepresidencia, J.D. Vance, que los republicanos publicitan como un ejemplo de superación personal, al provenir de una familia humilde, para ganarse las simpatías de las clases trabajadoras.
Walz reivindicó que, mientras él sí creció «con gente normal en el corazón del país», Vance estudió en la prestigiosa Universidad de Yale ayudado por multimillonarios.
Además lo retó a un debate televisado, dando pábulo a un falso rumor que circula en redes de que Vance habría mantenido relaciones sexuales con un sofá: «No puedo esperar a debatir con el chico. Eso si es que está dispuesto a levantarse del sofá», dijo.