Siempre me han gustado los deportes que no requieren de jugar bajo el Astro Rey.
Pero antes de salir hacia La Ensenada y Punta Rucia a un viaje que teníamos planificado mi amigo Ramón Paulino y este servidor, vi dos partidos entre Los Muchachos del Parque del sector ensanche Bolívar y el equipo de Diógenes.
«Los Muchachos del Parque» perdieron los dos juegos.
Aunque no sé mucho de este deporte pude percibir que la derrota en el primer juego obedeció a que el manager no sacó a tiempo al pitcher abridor.
Tras concluir los juegos, salimos de La Ciudad Deportiva en el ensanche Bolívar que era el punto de partida del viaje hacia Luperón.
Al día siguiente, tuve el honor de compartir de nuevo con los jugadores del equipo «Los Muchachos del Parque» en la playa La Ensenada y comprobé que estas personas más que un equipo son una familia, uno pone a disposición del otro lo que tiene.
Entre tragos, anécdotas y el azul del mar, estas personas disfrutaban su día, dejándome entender que aunque hay días en que se pierde en el sóftbol, hay tiempos para disfrutar.
Creo que a este tipo de deporte se le debe dar el apoyo necesario porque es una disciplina que verdaderamente es para compartir; no se sabe quién celebra más, si el que gana o el que pierde, porque el objetivo es compartir entre amigos.
Sin duda alguna, seré un miembro más de este equipo y aunque no sé jugar, desde ese día soy un buen fanático.