Por: Luis Córdova
Joao Gimaraes Rosa es un prominente narrador brasileño que escribió «La tercera orilla», un relato fascinante en el que un padre, retirado en la soledad de un río, observa su vida en perspectiva mientras un hijo y un hijo y la perspectiva de la vida, los van convirtiendo en prácticamente la misma persona.
Danilo, que no es conocido por ser un devorador de literatura de ficción, si conoce los vientos de la Amazonia. Sabe la importancia de no naufragar, aprendió temprano a sortear tempestades.
Parece haber regresado a quien era cuando detentaba el poder y su popularidad poseía la solidez del mármol.
Danilo, presidente y líder de su partido, volvió a leer teleprónter, a los discursos bien estructurados y con críticas mordaces en palabras llanas.
Danilo comprende que su vigencia política no está en los libros de historia, en los que ya está inscrito, ni en conformarse con administrar el presupuesto de su partido, ni en apariciones esporádicas.
Le interesa el ahora. Le importa el mañana, literalmente.
Encabezar una columna tan fuerte o igual de importante que la del candidato que surja en octubre.
Sabe eso. Los asesores también. Por eso parece estar de regreso.
Para algunos tardó demasiado, para otros nunca es tarde para buscar llegar a la otra orilla.