Por: Francisco Matos Mancebo, Ing. Agrónomo y ex Diputado.
Cuca dio a luz a Paquita, en el año 1977. Todos en el pueblo lo sabíamos, pues, lo habría dicho la “bruja”: “a esa muchacha me la chuparé yo”.
El búho (cucú) era visto todos los días después de las 12:00 de la noche, apostado en un palo de la empalizada que cercaba la casita de Cuca y Paquito, jóvenes colmaderos recién casados muy queridos en el pueblo. Pronto tendrían su primera bebé. Ya se sabía que esa primera criatura iba a ser una hembrita, pues, lo había dicho la vieja Mercé, la “bruja”.
Al anuncio de la vieja Mercé, que había dicho: “esa muchacha me la chuparé yo desde que nazca”, nadie hizo caso y aunque todos “sabíamos” que se la “comería” sin duda, nadie se atrevió a enfrentarla a pesar de que a diario se veía velando a la muchacha, montada en un palo de la empalizada (vuelta un cucú) o en el caballete de la casa cobijada de cana, ya que, para tumbar a una bruja vuelta búho hay que tener un don muy especial y, además, esa persona debe estar preparada para eso.
Paquita enfermó y murió días después de haber muerto Mercé (la supuesta bruja que advirtió que se la comería al nacer) y, sin duda, al morir también Paquita (hoy se sabe que la mató la meningitis), todo el mundo en el pueblo empezó a decir: “se la chupó la bruja”, ¡Tanto que dijo Mercé que lo haría! ¡Dejaron esos muchachos que Mercé se coma la muchachita!
Yo lo recuerdo como si fuera ahora. Tenía 11 años de edad en 1977. Y, a partir de entonces es común entre la gente de mi pueblo decir en circunstancias difíciles: “nos va a comer el cucú de Cuca”.
Hoy, 26 de abril del año 2022, yo le digo al Gobierno dominicano: “cuidado si dejan que nos coma el cucú de Cuca”.
En este caso la vieja Mercé (la “bruja”) es la inevitable inflación que nos arropa. Pues, hemos venido experimentando alza contante en los precios de los artículos de la canasta básica desde que el Gobierno abiaderista empezó y, este Gobierno sigue de excusa en excusa: primero era la pandemia; luego que el petróleo y ahora es la guerra de Ucrania-Rusia, que no deja de ser cierta, pero, ¡Caramba! ¡Seamos un poco más inteligentes!
Lo cierto es que, la ineptitud de algunos funcionarios de este Gobierno, unos más que otros, han dejado deteriorar los servicios públicos al extremo de convertir al País una vez más en un Macondo cualquiera. No se está sembrando una yuca, una batata ni un guineo. El campo está abandonado. Y ahora sembrar valdrá menos la pena.
Un caso muy espacial es el del Ministro de Agricultura (está más perdido que su propio hijo), Limber Cruz López, que ha preferido convencer a Luis Abinader de aprobar una Ley que elimina los aranceles a una serie de productos importados disque por más baratos, en abierta competencia desleal con los productores nuestros, antes que liberar de aranceles a todos cuantos insumos necesitamos para producir aquí, como producen esos países desde donde se supone que vendrán esos alimentos producidos más baratos que los nuestros, por lo que pueden entrar al País a “bajos precios”. Pero, ¿a qué costo? Al costo de nuestra soberanía o independencia alimentaria.
La hambruna es un hecho. Y, cualquier ciudadano del mundo que sepa leer y escribir y vea noticias, sabe que el proceso inflacionario que inició desde que este desgobierno empezó, apenas está en pañales. Con decirles que un saco de abono que costaba entre RD$1,400 y RD$1,700 cuesta ahora entre RD$2,700 y RD$2,750. O sea, de mil a mil cuatrocientos pesos por encima del precio encontrado. El precio del petróleo es un asco y los pesticidas seguirán subiendo. ¿Quién se animará a producir en esas condiciones? ¿Quién sembrará una lechuga, una batata, o una auyama sin abono?
Que yo sepa, ya nadie produce nada por amor al arte o por amor a la vida, sino, para conseguir dinero; y, sin abonos, sin insumos y sin maquinarias agrícolas, ningún cultivo dejará un peso de beneficio.
Para nadie es un secreto que ya en Europa (Inglaterra, Francia, Alemania, etc.), los alimentos han subido en los últimos días 30, 50 y hasta 100% e igual en algunos países de Asia y Norte América.
El desabastecimiento de alimentos en los centros de expendios es un hecho que irá cobrando cada vez más fuerza, a medida que vayan pasando los días. Pues, los precios de los insumos como los abonos, pesticidas, combustible fósil para las maquinarias, han experimentado alzas exorbitantes debido a la escasez, ya que, Rusia es uno de los países mayores exportadores de insumos y por las sanciones impuestas por la Unión Europea, han prohibido seguir exportando esas materias primas a otras partes del mundo: abonos, granos, petróleo, gas, etc.
Si los genios actuales del sector agropecuario dominicano nos hacen dependientes de otros países para alimentarnos, destruyendo con su “sabiduría” rancia nuestra soberanía alimentaria de más de 20 años, ¿qué pasará con nuestra gente a medida que aquellos países desde donde importaremos los alimentos básicos, a causa de la misma guerra que tanto culpan las actuales autoridades, también se vean afectados y ya no puedan suplirnos?
Yo respondo: “Nos comerá el cucú de Cuca”